miércoles, 3 de diciembre de 2008

Rastros: el ojo privado.Tirso Troncoso

Rastros: el ojo privado.

Al igual que Hojas de hierba de Walt Whitman, la exposición que ahora presentamos es un conjunto en constante expansión. En un primer momento convergieron artistas de México y Chile y poco a poco se han ido sumado artistas visuales de Perú, Paraguay y Argentina. Sin duda que seguirá expandiendo el universo de artistas, en uno de los proyectos más interesantes de los últimos años.

Se trata de un esfuerzo hecho por los propios artistas, en que Antonio Guzmán ha destacado como gestor cultural.

Las obras, son un conjunto de sábanas vueltas soportes, en que cada artista ha plasmado su imaginario visual. Es indicativo el hecho que al prescindir del bastidor hace más fácil y posible el traslado de las obras de modo más expedito y económico, hecho que tiene como referente directo el trabajo de Eugenio Dittborn con sus ya clásicas pinturas Aeropostales. Ese formato las dispone como objetos hechos para itinerar. Morelia, Valparaíso, Lima y ahora Valdivia., dan cuenta de su esencialidad: el viaje. Esa condición de la mirada es ahora condición del objeto. Pero se trata, como indica el nombre de la exposición, de rastros, por tanto, señas imprecisas, a punto de desaparecer, vestigios difusos que un observador poco atento no repara, incapaz de servirse de ellos para dar con lo buscado. Más aún, se trata de un “ojo privado”, la indicación, no es casual por cierto, no es la privación de la mirada, es la percepción; se trata de un restarse del ojo, del órgano, es decir, de la condición de la mirada. Hablamos de la mirada y no de la visualidad, pues, en realidad la mera visibilidad no basta para develar lo que éste conjunto de sábanas busca mostrar.

Cuando Hannah Arendt, en La Condición Humana distingue entre lo público y lo privado en el mundo clásico y refiere al segundo a la ausencia de lo primero, alude al valor negativo de lo privado, es decir, a la merma de lo que es valioso: Lo común. En tal sentido podemos “leer” este conjunto de obras, es decir, como un reclamo de lo público, de la construcción de un nosotros latinoamericano que parece distante pero que desde este conjunto de obras es posible avizorar.

Estas sábanas viajeras son una provocación, en tanto desprivatizan la intimidad que radica en su ordinaria función. En ellas no sólo los cuerpos dejan su impronta, en éstas hay un regresar para establecer un particular y deliberado registro de la diversidad, de ese ojo privado que, como propuesta colectiva hilvana una especial narrativa visual.

Enredarse en las sábanas es un dicho bastante común en nuestro país, en el que se alude al retraso, en no llegar a la hora a una cita, trabajo, etc. En cierto modo Latinoamérica se ha enredado en sus sábanas, llegando tarde a tantas cosas, pero aquí se trata de un retenerse reflexivo y plural que augura un despertar colectivo. Se trata de un sacudón de la mirada que llega a Valdivia en busca de un nuevo mañana.

Tirso Troncoso S
Licenciado en Filosofía
Comunidad Ecológica de Peñalolen

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Más allá de las sabanas , Juan Peralta Berrios

Más allá de la sábana

Rastros / el ojo privado constituye una interesante iniciativa que plantea al arte un reto en términos de inserción desde el esquema de producción, distribución y consumo, donde el artista se convierte en el eje primordial al asumir funciones vinculadas a acciones de organización, curaduría y gestión, estableciendo dinámicas autogestionarias y propias, con características particulares respecto a los mecanismos burocráticos identificados con las instituciones oficiales, e introducir sus discursos y miradas en estos espacios volcándolos en alternativos.

La sábana se convierte en el elemento emblemático de este proyecto y es el punto de partida para convocar al desarrollo de propuestas diferenciadas que se inician desde la concepción del soporte y su materialización como tal, hasta las acciones traducidas en registros dejadas sobre ella, encontrándose procesos diversos como la pintura, el dibujo, el grabado (sea impresión con máscaras, serigrafía o digital), el bordado, el collage o el ensamblaje.

Entre los artistas participantes (mexicanos, paraguayos y chilenos) destacamos la complicidad de los peruanos cuyos lienzos son el soporte receptivo de la mano que transcribe la imagen del Yo, que no es más que la parábola del cuerpo cómplice y testigo de una situación o deseo. Así, Zoila Reyes transmite la cuestión de la identidad mediante el puño acusador e indicador de una realidad en la que confluyen aspectos religiosos y cotidianos, remarcados a veces por una violencia que refuerza estas contradicciones encubiertas en una fragmentada sábana pluricultural.

Carolina Salinas hace referencia al espacio en el que se produce el juego dialéctico entre lo físico y lo inmaterial, traducido mediante la iconografía del cuerpo y la sexualidad, así como la fugacidad del tiempo, la belleza y del espíritu (aplicaciones de mariposas) que todo lo convierte en recuerdo o huella. Continuando con la visión de género, Maribel Sarmiento traduce la feminidad desde el color rosado del soporte, incorporando una serie de aplicaciones (flores) que evoca esta tradición femenina de la costura (acaso preparación del ajuar) y que sirven de complemento a los relieves de torsos femeninos - “barbies” – como representación ideal de la mujer, y que repetidos consecutivamente, transmiten esa estandarización del cuerpo como parte de una visión cultural del prototipo industrial inmersa en un programa de sensualidad y sexualidad.

Christians Luna viene explorando su propuesta desde la “sabana callejera” donde resalta el lenguaje del reciclaje en las que los cartones recuperados (de galletas, de máquinas o equipos electrodomésticos, etc.) se convierten en representación de las condiciones infrahumanas del confort. Por un lado, una crítica al sistema y a las políticas sociales por el tema de la pobreza y por otro, la acción del arte desde una visión y función social en la que el artista busca, mediante la fabricación y donación (derivadas de experiencias anteriores) de bolsas de dormir, apaliar una necesidad.

Julius Sobrino plantea el tema del cuerpo mediante el envoltorio que traduce el sentido de protección y escondite. Finalmente la propuesta de Marco Durán, juega con el concepto del camuflaje (recurso de encubrimiento, protección y a veces de violencia por evocar al uniforme militar) desde el soporte y que contradictoriamente se identifica con un espacio sagrado y bendito a partir de la presencia del icono religioso (la Sagrada Familia) de carácter popular, expresando una visión idealista y que parece al mismo tiempo, rayar en el sarcasmo.

En síntesis, este proyecto colectivo (de variados tratamientos), resultan ser mecanismos válidos para trasmitir una pluralidad de discursos culturales referidos a utopías (de política, de religión y de sociedad) y problemáticas en torno a cuestiones de pareja, de género, de raza, de tradición, de sueños rotos o romanticismos caídos y de esperanzas. Al fin de cuentas todas las propuestas se manifiestan en marcas e improntas cuyos mensajes escondidos se exponen ante los espectadores, retándolos a su descubrimiento y lectura, como toda obra de arte o como evidencia de una vivencia o acto consumado o por consumar.

Juan Peralta Berríos
Curador e historiador de arte
Lima,Octubre de 2008

lunes, 25 de agosto de 2008

Signos Locales , Justo Pastor Mellado


SIGNOS LOCALES.

Rastros: el ojo privado.


La presente muestra corresponde a una iniciativa de artistas que montan una empresa de registro de las huellas que producen sus acciones fuera de las escenas artísticas de las que cada uno proviene. A tal punto, que en su afirmación de autonomía los artistas declaran la preeminencia del rostro como configuración de un mapa de tensiones identitarias que transfieren homogeneidades y discontinuidades que anudan simbólicamente la representación de los cuerpos. Las obras aquí expuestas hilvanan decisiones formales que tienen en común, una obstinada fascinación por lo que denominaré "instancia sudario". Ya sea mediante monocopia o por simple ejecución autógrafa, la representación afirma el deseo de recolectar gráficamente los residuos de los cuerpos, como si se tratara de una medición de intensidades que a la vez reproduce la posición de cada uno de ellos en la escena.


Hablemos de escenas: se trata de configuraciones institucionales mínimas en las que se reproduce el re1ato sobre el origen de las prácticas.


Pero en estas novelas lo que prevalece es la ficción de unos montajes, de unos encuadres, de unas localizaciones, que delimitan el rango de intervención de las acometidas gráficas, como si éstas fuesen analogías anticipativas de mapas de relaciones y de intenciones destinadas a fijar la posición simbólica de cada práctica.

La proveniencia diferenciada de los artistas cuyas obras han sido reunidas en el Centro Cultural San Marcos, es un elemento decisivo en la producción de una lectura minoritaria de las relaciones inter-zonales. Estos son los espacios en que las iniciativas de los artistas se adelantan a las políticas públicas y señalan los rumbos a seguir a partir del diagrama implícito en sus obras. De tal manera, las exposiciones como este pre-figuran la necesidad de complejas negociaciones destinadas a fortalecer las escenas locales. Pero sobre todo, buscan hacer reconocer el lugar excéntrico que muchas de éstas prácticas ocupan, proporcionando una mirada oblicua sobre procesos que generan sus propios encubrimientos. De este modo, iniciativas como éstas instalan visibilidades no deseadas, doblegando el rechazo a los signos que sostienen las irregularidades las representaciones.


JUSTO PASTOR MELLADO

Agosto, 2008.


Rastros, German Carnero Roque

Rastros: el Ojo Privado



Con el convencimiento de que el destino y la solución de los grandes problemas en América Latina pasan insoslayablemente por la integración de sus pueblos y naciones, en aquella Gran Patria con la que soñaron, sueñan y soñarán, hasta lograrlo, las más preciaras mentes y voluntades de nuestra región, el Museo de Arte de Centro Cultural la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, acoge con entusiasmo cualquier proyecto artístico que, siendo digno de ese calificativo, busque, de una u otra manera, contribuir a esa gran tarea emancipadora.


Tal es el caso de esta original, audaz y diríamos casi insólita propuesta que nos ofrecen diversos artistas latinoamericanos quienes, utilizando un elemento vital en nuestra diaria vida como es la sábana -lo más cercano que existe a la "prenda íntima"- busca con su proyecto partir de la metáfora de la huella que en lo cotidiano dejamos, para proponer al público una acción "detectivesca" y convertirlo en agente descifrador de identidades e historias.


Esa huella representa la acción consumada y repotencia de manera sutil la labor del grabado que a través de la marca hace visible lo invisible, materializa dicha acción y el lenguaje para perennizarlo en ese elemento simbólico como es la sábana, que, como soporte, es la receptora de nuestros sueños, preocupaciones, deseos y problemáticas.


La sábana, además de ser elemento cobertor y protector, se convierte, en este motivador proyecto colectivo e integrador el que participan artistas mexicanos, chilenos, peruanos y posteriormente paraguayos, en un medio comunicador de reflexiones, de propuestas visuales y constructor de aquello que solemos llamar lo Latinoamericano, compuesto desde la fragmentación y la visión particular, y que de manera conjunta permite la generación de mapas mentales generadas desde la itinerancia del arte, que se constituye así en eficaz herramienta en la búsqueda de la necesaria integración de América Latina.


Germán Carnero Roqué

Director Museo de Arte

Centro Cultural de San Marcos

viernes, 1 de febrero de 2008

Rastros/Michoacán - Hector Contreras

Rastros /Michoacán

Si bien es cierto que las sábanas no hablan, si guar­dan rastros de lo que sobre ellas sucede, en sus te­jidos se impregnan los olores de los cuerpos y per­fumes, y a la vista saltan las manchas de los fluidos corporales; ellas forman parte de los más oscuros sueños húmedos de los que, más de alguno habrá dejado una mácula como prueba irrefutable y clí­nica de una polución nocturna no contenida, de un deseo no contenido que, sólo ha encontrado en la sábana el desahogo a su impulso. Historias pasionales suceden cada noche en alguna sába­na, pero también historias trágicas, en las que las huellas de lágrimas u otras secreciones corporales nos hablan de hechos dolientes, de tristeza, de en­fermedad y hasta de la muerte.

Un poeta escribió:"quemaré mis sábanas para dormir en llamas", pero en este caso no es el poe­ta quien trabaja sobre las sábanas, sino los artistas visuales, así que las obras plásticas presentadas son el resultado de unir los significados y asocia­ciones mentales de las sábanas con el quehacer de la plástica.

Interesante juego, tal como lo atestiguan las obras creadas por los artistas involucrados en el proyecto, en el que cada quien resolvió de acuer­do a su imaginario. Nuestras sábanas son algo muy persona!, así que las que sirvieron de soporte al­ternativo para dejar rastros sobre ellas con mayor razón lo son. Debemos mirar estas obras como si fuésemos un investigador privado, tratando de escudriñar en sus superficies la intimidad que se esconde en lo aparente. Son por lo tanto estas sá­banas, algo más que obras plásticas como las de otras tantas exposiciones, pues éstas contienen un fragmento velado o explícito de intimidad que pocas veces tenemos la oportunidad de apreciar.

Alejandro Delgado pertenece a una generación intermedia entre los jóvenes creadores y los artistas de la vieja guardia, así que es de esta ma­nera, estando entre dos frentes, que su creatividad no tiene límites y la rebeldía es la fuerza inagota­ble que impulsa sus derroteros artísticos, porque cabe destacar que sus inquietudes no se agotan en la plástica tradicional ni la de nuevos medios, ya que ha incursionado en varias disciplinas artísticas como la poesía y el teatro, entre otros. En varias ocasiones se ha emparentado su obra plástica con el Arte Pop, pero en todo caso su obra vendría siendo una interpretación personal y más cercana a nuestras necesidades estéticas sobre este movi­miento. Con una técnica depurada y una profunda comprensión de las formas y sus posibilidades ex­presivas, aprendida a partir de su larga experiencia con la fotografía, misma que ha sabido aprovechar para llevarla a la plástica, sus creaciones revisten una singular y original visión de lo que puede ser el arte sin prejuicios ni fronteras, tanto en lo temá­tico como en lo estilístico. En su sábana Dialécti­ca de los sueños, muestra una seductora mujer, imagen de clara raigambre fotográfica que alterna el espacio en blanco con un rostro aplicado con esmero sobre la superficie, un rostro que no es for­tuito ya que es el suyo. La blancura inmaculada de la tela y la distribución de las figuras nos sugieren una metáfora en la que subyace un erotismo muy sutil, pero al mismo tiempo muy poderoso.

Carmen Genis ha hecho del arte un instrumen­to comprometido con las causas sociales ya que por medio de sus contenidos, cuestiona el siste­ma y los abusos del poder. Su valerosa propuesta emplea la belleza en las formas para suscitar la reflexión crítica y la conciencia política. Su obra, principalmente escultórica, refiere de manera in­equívoca a valores trascendentales como lo son: el amor, la paz, la fraternidad y la unión entre seres humanos, por lo tanto su obra está impregnada de una profunda carga sensible que conmueve de manera inusual. En la sábana Juntos eternamen­te, se vale de recursos extrapictóricos mediante el empleo de radiografías transferidas a la tela, lo cual resulta una muy acertada y original manera de re­solver el tema del amor entre pareja y el juramento de permanecer juntos para siempre.

Celeste Jaime plasma seres a medio camino ente la figuración y la abstracción en ambientes cargados de soledad y pesadumbre; a pesar de ser joven su pintura es madura, sus formas poseen la pericia de quien conoce a fondo los elementos del dibujo y la pintura, ya que combina acertadamen­te ambas disciplinas. En sus obras destaca el uso de fuertes líneas expresivas, ya sea conformando siluetas, o bien para remarcar los volúmenes que modelan las figuras. En Todos los caminos parte de registros fotográficos para expresar la vacuidad del acto cotidiano de desplazarse caminando, en su sábana destaca la individualidad de estos rastros para desembocar en una soledad en blanco que ejemplifica mediante la silueta de un ser encajo­nado. Las distintas directrices interpretativas de su obra quedan abiertas la a partir de la interesante ambigüedad de sus elementos, de la misma ma­nera en que la silueta vacía será completada con la participación del público durante la muestra.

Desmond Ray reflexiona mediante sus pinturas en torno al mestizaje y las diferencias físicas de los distintos tipos raciales mediante impactantes figu­ras, plasmadas con agresivos trazos emparentados con la estética de la Nueva Figuración. La proble­mática de los emigrantes en el país del norte es el subtema que ocupa la mayor parte de sus lienzos en las últimas fechas, muestra de lo anterior es el uso reiterativo de ¡os colores de la bandera estado­unidense en sus composiciones, el blanco, el rojo y el azul, así como alguna que otra estrella son parte fundamental de sus agresivas y audaces compo­siciones. En la sábana, ha plasmado un rostro con claros tintes expresionistas, pero muy de acuerdo a su propio estilo que se puede interpretar como una especie de autorretrato psicológico, en el que expresa la ansiedad del momento antes de dormir.

La frase que dice: "la pornografía de unos es el erotismo de otros", parece hecha exprofeso para la obra de Jesús Moreno, ya que constantemente hace equilibrios sobre esa delicada línea que sepa­ra la sugerencia erótica de lo sexualmente explíci­to; la fuerza sublimada de la libido es el impulso que proyecta su atrevida propuesta. En su ejercicio sobre la sábana, Sueño celular, ha plasmado me­diante figuras simples pero expresivas una especie de Kamasutra contemporáneo, en el que expone algunas de las alternativas sexuales que más con­troversias generan.

Juan Guerrero es un artistas con múltiples aris­tas, ya que igual se destaca bajo las directrices de la abstracción que bajo los designios de la figuración, siempre proponiendo una mirada nueva, revelado­ra de una inteligencia y una perspicacia a la hora de crear que ya le caracterizan, lo cual se manifiesta en la calidad de sus obras o en las innovaciones técni­cas que constantemente propone. En Encuentros, revela la figura de una mujer mediante el empleo de colores líquidos sobre la tela, la poética que su­giere se refuerza por el estampado de la tela que, conjuntamente con la figura sugieren una sensuali­dad femenina onírica y etérea.

Héctor Contreras

Junio 2007.




domingo, 28 de octubre de 2007

Lechoso - Ricardo Loebell

Lechoso

Entonces tomó un paño que se puso sobre el rostro y sus rasgos se jiraron sobre él.

A propósito del mandyllon

Se puede pensar una cruda sábana antes de par­tir con la escritura sobre el papel, una mancha sobre el lienzo o en el silencioso ecrán antes de su proyección fílmica. En ese ámbito paradojal, ante todas las posibilidades de mancharla con rutas diferentes, el blanco es aquello susceptible a un cuerpo, que al intervenirlo comienza a dejar de ser. Como la sábana que al cubrirse, desde un comienzo se deja paulatinamente de sentir. Del blanco de la sábana surge la memoria de los sue­ños nocturnos. Ahí como leche negra (Rose Aus-lánder) se estampa la huella onírica con el sudor de un ensueño angustioso y tenaz o de una noche de amor infinita.

Este proyecto también trae al recuerdo los míti­cos estudios de la sindonología, por decir, aquella sábana de lino (sindone), tejida a espina de pesca­do, conservada en la Catedral deTurín desde 1578, plasmada de vestigios de otro mundo. Sobre un solo lado de la tela son impresas las huellas fron­tales y dorsales de un hombre muerto después de haber sido crucificado. Ahí la imagen de la figura humana debe de ser leída como si fuera reflejada en un espejo; la huella del cuerpo humano es una imagen negativa, las impresiones y las huellas de sangre son en positivo.

Los seis artistas que parten de Chile a México transforman su sábana en un microcosmos de experiencias a partir de un diseño geográfico que puede generar un intercambio con los artistas que los esperan en Morelia. Ellos forman un enigmáti­co gabinete iconográfico. Ahí las estampas com­ponen un variado registro de temas vinculados a la naturaleza y a la utopía, cuyos rastros se resisten a los pliegues de la historia. Frente a la acepción chilena de sábana por "la de arriba y la de abajo", el escritor Nicolás Palacios define en su ideología "zoomorfa", el problema que preocupaba también a Vicuña Mackenna en 1871, dicha eterna línea divisoria de aquellos "am­bos pueblos" que configuran la sociedad chilena: "Descartando lo de valientes, sumando am­bas sábanas y aclarando términos, tememos que el gobierno que nos hemos dado, declara que el pueblo a quien tiene la ... desgracia, creo que debo decir, de gobernar, es, por naturaleza heredi­taria, intemperante, imprevisor, supersticioso, flojo, ladrón, pendenciero, fanático, fatalista y vagabun­do"1.

"Kill my Curator", la frase en el lienzo de Víctor Hugo Bravo, incita a leerse como respuesta a este crónico clima étnico. Por eso tiendo a pensar que los seis artistas trabajan en clave mediante una estética que se refleja en los bordes, en analogía a aquello que se reproduce en aquel periodo me­dieval iconoclasta. Aquí la lectura y transfiguración de la naturaleza en Antonio Guzmán y Klaudia Kemper; la copulación desde una mirada paga­na en Mario Ibarra(Paté) y el diálogo con la muerte en Esther Allende. Por otro lado la utopía en Carlos Navarrete como un proceso lógico, necesario y transitorio para la humanidad, como definió Luis Oyarzún alguna vez en su viaje a Oriente en 1959 y posteriormente con algo de escepticismo respec­to a la praxis chilena en 1972 ante el gobierno de Salvador Allende.

Entonces volviendo a la anterior acepción de sábana2, el historiador Francisco Encina reflexiona en torno a la lógica de una incógnita como proceso de aculturación de la deficitaria identidad nacional: "Aún la procedencia regional del conquistador español que formó la sábana paterna de nuestra raza, no se definió sino al término de la conquista y al comienzo de la colonia"3.

Al intervenir el lienzo, se puede experimentar algo que incita a tacharlo, no por tratarse de un error, sino que por estar dispuesto a retirar aquello que limita la intención que le subyace al soporte. Entonces algo puede surgir detrás de la mancha, revelándose desde un horizonte oscuro en un in­tangible azar.

Ricardo Loebell