SIGNOS LOCALES.
Rastros: el ojo privado.
La presente muestra corresponde a una iniciativa de artistas que montan una empresa de registro de las huellas que producen sus acciones fuera de las escenas artísticas de las que cada uno proviene. A tal punto, que en su afirmación de autonomía los artistas declaran la preeminencia del rostro como configuración de un mapa de tensiones identitarias que transfieren homogeneidades y discontinuidades que anudan simbólicamente la representación de los cuerpos. Las obras aquí expuestas hilvanan decisiones formales que tienen en común, una obstinada fascinación por lo que denominaré "instancia sudario". Ya sea mediante monocopia o por simple ejecución autógrafa, la representación afirma el deseo de recolectar gráficamente los residuos de los cuerpos, como si se tratara de una medición de intensidades que a la vez reproduce la posición de cada uno de ellos en la escena.
Hablemos de escenas: se trata de configuraciones institucionales mínimas en las que se reproduce el re1ato sobre el origen de las prácticas.
Pero en estas novelas lo que prevalece es la ficción de unos montajes, de unos encuadres, de unas localizaciones, que delimitan el rango de intervención de las acometidas gráficas, como si éstas fuesen analogías anticipativas de mapas de relaciones y de intenciones destinadas a fijar la posición simbólica de cada práctica.
La proveniencia diferenciada de los artistas cuyas obras han sido reunidas en el Centro Cultural San Marcos, es un elemento decisivo en la producción de una lectura minoritaria de las relaciones inter-zonales. Estos son los espacios en que las iniciativas de los artistas se adelantan a las políticas públicas y señalan los rumbos a seguir a partir del diagrama implícito en sus obras. De tal manera, las exposiciones como este pre-figuran la necesidad de complejas negociaciones destinadas a fortalecer las escenas locales. Pero sobre todo, buscan hacer reconocer el lugar excéntrico que muchas de éstas prácticas ocupan, proporcionando una mirada oblicua sobre procesos que generan sus propios encubrimientos. De este modo, iniciativas como éstas instalan visibilidades no deseadas, doblegando el rechazo a los signos que sostienen las irregularidades las representaciones.
JUSTO PASTOR MELLADO
Agosto, 2008.
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