Lechoso
Entonces tomó un paño que se puso sobre el rostro y sus rasgos se jiraron sobre él.
A propósito del mandyllon
Se puede pensar una cruda sábana antes de partir con la escritura sobre el papel, una mancha sobre el lienzo o en el silencioso ecrán antes de su proyección fílmica. En ese ámbito paradojal, ante todas las posibilidades de mancharla con rutas diferentes, el blanco es aquello susceptible a un cuerpo, que al intervenirlo comienza a dejar de ser. Como la sábana que al cubrirse, desde un comienzo se deja paulatinamente de sentir. Del blanco de la sábana surge la memoria de los sueños nocturnos. Ahí como leche negra (Rose Aus-lánder) se estampa la huella onírica con el sudor de un ensueño angustioso y tenaz o de una noche de amor infinita.
Este proyecto también trae al recuerdo los míticos estudios de la sindonología, por decir, aquella sábana de lino (sindone), tejida a espina de pescado, conservada en
Los seis artistas que parten de Chile a México transforman su sábana en un microcosmos de experiencias a partir de un diseño geográfico que puede generar un intercambio con los artistas que los esperan en Morelia. Ellos forman un enigmático gabinete iconográfico. Ahí las estampas componen un variado registro de temas vinculados a la naturaleza y a la utopía, cuyos rastros se resisten a los pliegues de la historia. Frente a la acepción chilena de sábana por "la de arriba y la de abajo", el escritor Nicolás Palacios define en su ideología "zoomorfa", el problema que preocupaba también a Vicuña Mackenna en 1871, dicha eterna línea divisoria de aquellos "ambos pueblos" que configuran la sociedad chilena: "Descartando lo de valientes, sumando ambas sábanas y aclarando términos, tememos que el gobierno que nos hemos dado, declara que el pueblo a quien tiene la ... desgracia, creo que debo decir, de gobernar, es, por naturaleza hereditaria, intemperante, imprevisor, supersticioso, flojo, ladrón, pendenciero, fanático, fatalista y vagabundo"1.
"Kill my Curator", la frase en el lienzo de Víctor Hugo Bravo, incita a leerse como respuesta a este crónico clima étnico. Por eso tiendo a pensar que los seis artistas trabajan en clave mediante una estética que se refleja en los bordes, en analogía a aquello que se reproduce en aquel periodo medieval iconoclasta. Aquí la lectura y transfiguración de la naturaleza en Antonio Guzmán y Klaudia Kemper; la copulación desde una mirada pagana en Mario Ibarra(Paté) y el diálogo con la muerte en Esther Allende. Por otro lado la utopía en Carlos Navarrete como un proceso lógico, necesario y transitorio para la humanidad, como definió Luis Oyarzún alguna vez en su viaje a Oriente en 1959 y posteriormente con algo de escepticismo respecto a la praxis chilena en 1972 ante el gobierno de Salvador Allende.
Entonces volviendo a la anterior acepción de sábana2, el historiador Francisco Encina reflexiona en torno a la lógica de una incógnita como proceso de aculturación de la deficitaria identidad nacional: "Aún la procedencia regional del conquistador español que formó la sábana paterna de nuestra raza, no se definió sino al término de la conquista y al comienzo de la colonia"3.
Al intervenir el lienzo, se puede experimentar algo que incita a tacharlo, no por tratarse de un error, sino que por estar dispuesto a retirar aquello que limita la intención que le subyace al soporte. Entonces algo puede surgir detrás de la mancha, revelándose desde un horizonte oscuro en un intangible azar.
Ricardo Loebell